“Me Has Visto el Alma en los Ojos”: Hidden Passions in Spanish Golden Age Tragedy
Abstract
:Crisanto. | ¿Pues cómo sin ti podré |
vivir yo, si son imanes | |
los ojos, que tras ti llevan | |
todas mis felicidades? | |
Los dos amantes del cielo1 | |
Calderón de la Barca |
1. Introduction: The Language of the Eyes
D. Alonso. | (…) |
Ojos, si ha quedado en vos | |
de la vista el mismo efeto, | |
amor vivirá perfeto, | |
pues fue engendrado de dos; | |
(I, vv. 21–24)6 |
Don Jorge. | (…) |
Pues viéndose en el cielo y paraíso, | |
y cargado de sol, dije: Teneos, | |
deseos locos, que me habéis burlado. | |
Vos quitasteis los ojos de improviso, | |
y cayendo conmigo mis deseos, | |
fue mayor el castigo que el pecado; | |
(I, vv. 824–829)7 |
Menón. | [Aparte a ella] |
Semíramis, aunque tengas | |
quejas de mí, y aunque ignoro | |
la ocasión, no te he de dar, | |
¡quién vio más terrible ahogo!, | |
satisfacciones, porque | |
no puedo. ¡Atiende a mis ojos, | |
hermoso imposible mío! | |
(La hija del aire, 1ª, III, vv. 275–281)8 |
Serafina. | (…) | |
don Álvaro, yo te amé | ||
cuando imaginé ser tuya, | ||
y pasando mi esperanza | ||
desde perdida a difunta, | ||
me casé: ahora soy quien soy. | ||
Sobre esto tus quejas funda. | ||
D. Álvaro. | ¿Qué he de decir, si tú lloras? | |
Serafina. | Engáñaste, si lo [juzgas]. | |
Si lloran, mienten mis ojos. | ||
D. Álvaro. | (…) | ¿Son |
las lágrimas por ventura | ||
tan bien mandadas, que saben | ||
obedecer? | ||
(El pintor de su deshonra, I, vv. 1015–1034)9 |
Tiresias. | (…) |
En cinta estás: un garzón | |
bellísimo has de parir: | |
una voz y una hermosura | |
solicitarán su fin | |
amando y aborreciendo: | |
guárdale de ver y oír.” | |
(Eco y Narciso, I, p. 1965 b)10 |
Narciso. | (…) |
¿cómo de una sed y otra | |
tanto has trocado el afecto, | |
que en vez que labios y oídos | |
beban agua y aire, has hecho | |
que beban fuego los ojos, | |
(Eco y Narciso, II, p. 1969 b) |
2. Declarations of Love: The Prison of Silence
Doña Elvira. | Adiós, |
Que mis ojos van agora | |
A destilar poco a poco | |
El corazón, que se ahoga | |
En un diluvio de agravios, | |
Que anuncian trágica historia. | |
(A lo que obliga el honor, I, p. 505 b)12 |
Amón. | (…) |
Es tal, que aun de mi silencio | |
vivo tal vez temeroso, | |
porque me han dicho que saben | |
con silencio hablar los ojos. | |
(Los cabellos de Absalón, I, vv. 255–258)13 |
Tamar. | (…) |
Hagan su oficio tus labios, | |
harán el suyo mis ojos. | |
Vea yo como tú sientes, | |
verás tú como yo lloro. | |
(Los cabellos de Absalón, I, vv. 357–360)14 |
Amón. | (…) |
¿Tenía más costa un gusto | |
de fingir, que no un pesar? | |
Tamar. | No, pero de la manera |
que tus labios y tus ojos | |
confundieron tus enojos, | |
persuadiéndote a que era | |
yo tu dama, considera | |
que en mí también confundidos | |
al oírte mis sentidos, | |
se equivocaron más sabios, | |
respondiéndote mis labios | |
a lo que oyen mis oídos. | |
(Los cabellos de Absalón, I, vv. 539–550) |
Amón. | ¡Quién, por no verte y oírte, |
sordo quedara y sin ojos! | |
(Los cabellos de Absalón, II, vv. 1017–1018) |
Amón. | (…) |
¡Ay cielos! ¡Monstruo! ¿Tú eres? | |
¿Quién los ojos se sacara | |
primero que te mirara, | |
afrenta de las mujeres? | |
Voyme y pienso que sin vida, | |
que tu vista me mató. | |
(Los cabellos de Absalón, II, vv. 1814–1819) |
3. An Open Secret: Women without Honour, Violence and Justice
Tamar. | (…) |
por los ojos vierto el alma, | |
luto traigo por mi honor, | |
suspiros al cielo arrojo, | |
de inocencias vengador. | |
(Los cabellos de Absalón, II, vv. 1166–1169) |
Isabel. | (…) |
y si lo que la voz yerra, | |
tal vez el acción explica, | |
de vergüenza cubro el rostro, | |
de empacho lloro ofendida, | |
de rabia tuerzo las manos, | |
el pecho rompo de ira. | |
Entiende tú las acciones, | |
pues no hay voces que lo digan; | |
(El alcalde de Zalamea, III, vv. 191–198)17 |
Leonor. | (…) |
Toda melancolía | |
nace sin ocasión, y así es la mía; | |
que aquesta distinción naturaleza | |
dió a la melancolía y la tristeza; | |
y para ella, los medios son más sabios | |
llorar los ojos y callar los labios. | |
(No hay cosa como callar, II, vv. 65–70)18 |
Dª. Mencía. | (…) | Vuestra Alteza, |
liberal de sus deseos, | ||
generoso de sus gustos, | ||
pródigo de sus afectos, | ||
puso los ojos en mí: | ||
es verdad, yo lo confieso. | ||
(El medico de su honra, I, vv. 289–294)19 | ||
Dª. Leonor. | Puso los ojos, para darme enojos, | |
un caballero en mí, que ¡ojalá fuera | ||
basilisco de amor a mis despojos, | ||
áspid de celos a mi primavera! | ||
Luego el deseo sucedió a los ojos | ||
el amor al deseo, | ||
(El medico de su honra, I, vv. 625–630)20 |
Doña Beatriz. | ¡Que así de un mirar se imprima |
tan fiero amor! | |
(…) | |
Doña Ana. | Por don Fernando se van |
los ojos, que me enloquece. | |
(Los comendadores de Córdoba, I, vv. 500–505) |
4. The Soul in the Eyes: Clandestine Love Affairs
D. Gutierre. | (…) |
No te espantes que los ojos | |
también se quejen, señor; | |
que dicen que amor y honor | |
pueden, sin que a nadie asombre, | |
permitir que llore un hombre; | |
y yo tengo honor y amor. | |
Honor, que siempre he guardado | |
como noble y bien nacido, | |
y amor, que siempre he tenido | |
como esposo enamorado: | |
(El médico de su honra, III, vv. 15–24)22 |
D. Gutierre. | ¡Ahora, ahora, valor, |
salga repetido en quejas, | |
salga en lágrimas envuelto | |
el corazón a las puertas | |
del alma, que son los ojos! | |
Y en ocasión como esta | |
bien podéis, ojos, llorar: | |
no lo dejéis de vergüenza. | |
(El medico de su honra, II, vv. 577–584)25 |
Federico. | No digas |
nada, que con tu agudeza | |
me has visto el alma en los ojos | |
(El castigo sin venganza, I, vv. 634–636)26 |
Batín. | Pues mira como lo acierto: |
que te agrada tu madrastra | |
y estás entre ti diciendo… | |
Federico | No lo digas; es verdad, |
pero yo, ¿qué culpa tengo, | |
pues el pensamiento es libre? | |
(El castigo sin venganza, I, vv. 977–982)27 |
Casandra. | (…) |
Las almas de las mujeres | |
no las viste jaspe helado; | |
(…) | |
Dile tu amor, sea quien fuere, | |
(…) | |
Toma mi consejo, Conde, | |
que el edificio más casto | |
tiene la puerta de cera; | |
habla, y no mueras callando. | |
(El castigo sin venganza, II, vv. 1483–1501)28 |
Casandra. | (…) |
Si remedio puede haber | |
es huir de ver y hablar, | |
porque con no hablar ni ver | |
o el vivir se ha de acabar | |
o el amor se ha de vencer. | |
(El castigo sin venganza, II, vv. 1991–1995)29 |
Tamar. | (…) |
Ya podré mirar la gente | |
resucitando mi honor, | |
que la sangre del traidor | |
es blasón del inocente. | |
(Los cabellos de Absalón, II, vv. 1850–1853) |
Príncipe. | (…) |
y tras esto no pueda | |
volver los ojos, deshacer la rueda, | |
y animando el despecho, | |
mudar el alma aunque reviente el pecho! | |
(Cuánto se estima el honor, I, p. 96 b)32 |
Príncipe. | Palpitando el corazón |
tengo el alma entre los dientes. | |
(Cuánto se estima el honor, I, p. 101 b) |
Princesa. | (…) |
¿Con qué le tienes tan loco, | |
que nunca yo pude atalle? | |
Celia. | Señora, con no miralle, |
ni respondelle tampoco. | |
(Cuánto se estima el honor, II, p. 107 a) |
5. Looks That Kill
Herodes. | (…) |
Ojos de basilisco le pusiera, | |
que, con ser visto o ver, siempre matara; | |
(El mayor monstruo del mundo, III, p. 164) |
Amón. | (…) |
Al basilisco retratas, | |
ponzoña mirando arrojas | |
y mi juventud maltratas, | |
pues cruelmente me matas | |
con tan mortales congojas. | |
¿Qué yo te quise es posible? | |
(Los cabellos de Absalón, II, vv. 994–999) |
Rey. | Sin el respeto que pide |
la majestad, a la Reina… | |
¿A la Reina? ¡Qué mal dije! | |
A esa mujer, a esa fiera, | |
ciego encanto, falsa esfinge, | |
a ese basilisco, a ese | |
áspid, a ese airado tigre, | |
a esa Bolena prended, | |
y en el castillo invencible | |
de Londres, que del palacio | |
está enfrente, en noche triste | |
viva presa. | |
(La cisma de Inglaterra, III, vv. 2654–2665)35 |
Rosimunda. | Pagarás, bárbaro rey, |
de una vez tantos delitos; | |
que una mujer ofendida | |
es áspid, es basilisco. | |
(Morir pensando matar, II, vv. 1423–1426)36 |
6. Conclusions: The Eyes Are the Windows of the Soul
D. Gutierre. | (…) |
¿Quién vio en tantos enojos | |
matar las manos y llorar los ojos? | |
(El medico de su honra, III, vv. 407–408)37 |
Casandra. | (…) |
que no hay tan grande imposible | |
que no le juzguen visible | |
los ojos del pensamiento. | |
(El castigo sin venganza, II, vv. 1559–1561)39 |
Funding
Institutional Review Board Statement
Conflicts of Interest
1 | Crisanto. Stay, I cannot live without thee./Or, if thou will go, the magnet/Of thine eye must make me follow./All my happiness is anchored/There (I, p. 49). The Two Lovers of Heaven: Chrysanthus and Daria. A drama of early Christian Rome, translated by Denis Florence MacCarthy (Calderón de la Barca 1870). I add the English translation of the plays when I have located available editions. | ||
2 | “¿Y cuánta dignidad y gracia no añade al semblante, y sobre todo la expresión de los ojos, que son intérpretes del alma, y que ora mostrarán alegría, ora tristeza, según las cosas de que se trate?” (Orator, XVIII, 60, p. 34), www.historicodigital.com (accessed on 5 March 2023) [And how much dignity and grace does it not add to the countenance, and above all the expression of the eyes, which are interpreters of the soul, and which now show joy, now sadness, depending on the things in question?]. All translations in square brackets are my own, unless otherwise stated. | ||
3 | In fact, the idea of love starting at the vision of beauty is originally Platonic, by which eyes irradiate some sort of rays that reach out to “touch” objects in order to return a mould of their shapes up to the optical nerves to the brain. Later documented in medical treatises (Galen, Constantine the African’s Viaticum, Gerard Du Berry, Arnau de Vilanova’s Liber de amore heroico, Bernard of Gordonius’Lillium medicinae), aegritudo amoris or amor hereos, that is, unrequited love, was defined as a kind of infection or humoral imbalance caused by an image of a beautiful woman installing into the brain and causing its malfunctioning. “It was in the therapy for acute cases of lovesickness that medieval medical theory’s misogynist tendency arose. Therapies that attempted to denigrate and abjectify women were originally highly specialized treatments for the very specific pathological conditions associated with amor hereos” (Solomon 1997, p. 63). Green (1964) considers amor hereos as an affliction related to aristocracy, and Lacarra Lanz (2015) points out that the name indicates its classification as a disease of the nobility in medieval medical texts. “As Andreas Capellanus explained, love ‘arises not from any action, but solely from the thought formed by the mind as a result of the thing seen’. Once the figure of the beloved is erotically formulated in the mind, the lover begins to desire that figure” (Solomon 1997, p. 52). | ||
4 | Roy Queymado, “Senhor, que Deus mui melhor parecer”, edited by Alvar and Beltrán (1989, v. 7, p. 244), where you cand find many examples. See Saraiva and Lopes (1996), Gavilanes and Apolinário (2000) and Pena (2002). | ||
5 | For Plato, love comes from the perception of beauty, so it is an external cause that enters through the eyes and its memory floods the soul with joy: “y si adora al que posee la belleza es porque solo en él encuentra alivio a los tormentos que sufre” (Fedro o de la belleza, Platón 1871, vol. 2, p. 300) [and if he adores the one who possesses beauty, it is because only in him does he find relief from the torments he suffers]. Later, the soul transcends forms, sees beyond the apparent and approaches the Idea or God. Consequently, the beauty of the soul is more valuable than the beauty of the body (El banquete, Platón 1993, p. 95). | ||
6 | Edited by Joseph Pérez (Vega 1970). For the reception of the classic image of requited love in the theatre, see Serés (1996, pp. 304–6). | ||
7 | Edited by Biblioteca Castro (Vega 1993). In www.artelope.uv.es (accessed on 28 February 2023). | ||
8 | www.cervantesvirtual.com (accessed on 28 February 2023). | ||
9 | Edited by Ángel Valbuena Briones (Calderón de la Barca 1970). Serafina. (…) Ay, long and truly loved you. When all hope/Of being yours with your reported death/Had died, then, yielding to my father’s wish,/I wed another, and am—what I am./So help me Heaven, Alvaro, this is all! Álvaro. How can I answer if you weep? Serafina. No, no,/I do not weep, or, if I do, ‘tis but/My eyes,—no more, no deeper. (…) Álvaro. You make the fount of tears to stop or flow/Just as you please? (p. 29). The Painter of his own Dishonour, freely translated by Edward Fitzgerald (Calderón de la Barca 1906b). | ||
10 | Edited by Ángel Valbuena Briones (Calderón de la Barca 1959, vol. I). | ||
11 | |||
12 | Edited by Ramón de Mesonero Romanos (Enríquez Gómez 1858, vol. I). | ||
13 | Edited by Evangelina Rodríguez Cuadros (Calderón de la Barca 1989b, 1999). | ||
14 | Mariene (El mayor monstruo del mundo by Calderón) also highlights the correspondence between the function of lips and eyes when she asks her husband, the Tetrarch of Jerusalem, to stay away from her: “vivamos a morir juntos,/mas teniendo por forzoso/que en tu vida ni en mi vida/me has de mirar sin enojos,/me has de hablar sin sentimeintos,/me has de escuchar sin oprobios,/ver sin suspiros los labios/ni sin lágrimas los ojos” (III, p. 162). Edited by José María Ruano de la Haza (Calderón de la Barca 1989a). | ||
15 | Jonadab. (…) amor/más quiere fuerza que maña./Amón. Mi media hermana es Tamar./Jonadab. Yo digo lo que yo hiciera,/si fuera mi hermana entera,/llegado a encolerizar. (Los cabellos de Absalón, I, vv. 579–584). | ||
16 | However, Amón does not have the courage of Oedipus, who rips out his own eyes when he realizes his sin: he has killed his father and married his mother (Oedipus the King, by Sophocles). Freud (1919, pp. 297–324) illustrates his theory of the sinister with Hoffman’s story Der Sandman, and concludes that the fear of losing one’s eyes, the fear of going blind, is a frequent substitute for castration anxiety. In my opinion, this could be explained because not seeing is the only way to avoid desire. | ||
17 | Edited by José María Ruano de la Haza (Calderón de la Barca 1995). —But my tongue will not utter what I must weep in silence and ashes forever! Yet let these quivering hands and heaving bosom, yea, the very tongue that cannot speak, speak loudest! (pp. 293–294). The Mayor of Zalamea, freely translated by Edward Fitzgerald (Calderón de la Barca 1906a). | ||
18 | Edited by Ángel Valbuena Briones (Calderón de la Barca 1973). | ||
19 | Edited by Ángel Valbuena Briones (Calderón de la Barca 1970). (…) Your highness/Liberal in all your fancies—/Generous in all your pleasures—/Prodigal of your affections—/Placed your eyes on me: I know it—/It is true, and I believe it (p. 296). The Physician of His own Honour, translated by Denis Florence M’Carthy (Calderón de la Barca 1853, vol. I). | ||
20 | His glances turned on me, to cause my ruin;/A cavalier—ah! would that love’s slow sting/Were as the basilisk’s for my undoing./Or jealousy’s green serpent to my spring./To looking fondly, soon came fond pursuing,/To fond pursuing, love on rapid wing. (The Physician of His own Honour, vol. I, p. 311) | ||
21 | Dª. Mencía. Nací en Sevilla, y en ella/me vió Enrique, festejó/mis desdenes, celebró/mi nombre…, ¡felice estrella!/Fuése, y mi padre atropella/la libertad que hubo en mí:/La mano a Gutierre di,/volvió Enrique, y en rigor,/tuve amor, y tengo honor./Esto es cuanto sé de mí (El medico de su honra, I, vv. 565–574). I was born/In Seville. There Enrique saw/And loved me, by the potent law/That rules the world; subdued my scorn,/And, like a star that doth adorn/The brow of heaven, upraised my name/First in the lover’s lists of fame./My father, by abuse of might,/Restrained and trampled on my right/Of choice, and gave, short time ago,/My hand to Gutierre. Lo!/The prince returns: my heart is pained—/Love I have lost, and honour gained./And this is all even I do know. (The Physician of His own Honour, vol. I, p. 307). Serafina (El pintor de su deshonra) and Leonor (A secreto agravio, secreta venganza) got married after believing D. Álvaro and D. Luis dead. | ||
22 | Wonder not then, my lord, these eyes/Of mine are neither cold nor dry:/Tis said that they whose bosoms prove/Worthy to feel the joys of love,/Or those of honour, still more deep—/Have the proud privilege to weep/Their sorrows, and no man reprove:—/Honour and love have both been mine—/Honour which I have always worn/As being a noble and well born;—/And love, which lately thou didst twine/My marriage, in those bonds of thine: (The Physician of His own Honour, vol. I, p. 370). | ||
23 | D. Gutierre. [Ap.] Pues médico me llamo de mi honra,/yo cubriré con tierra mi deshonra (El medico de su honra, II, vv. 1031–1032). I called myself Physician of my Honour./And in the earth shall bury my dishonour. (The Physician of His own Honour, vol. I, p. 369). | ||
24 | D. Juan. (…) ya que ultrajes de mi honra/quieren que pintor me vea,/hasta que con sangre sea/el pintor de mi deshonra. (El pintor de su deshonra, III, vv. 677-680). Without translation by Fitzgerald, p. 70. | ||
25 | Now, oh! now’s the moment, valour,/That the soul its wail repeating,/Tombed in burning tears and sighs,/Cometh to the open portals/Of the soul, which are the eyes: —/And indeed, on this occasion,/Eyes, you fitly melt in weeping,/That you may wash out my shame!—(The Physician of His own Honour, vol. I, p. 353). | ||
26 | Edited by A. David Kossoff (Vega 1989). Say nothing, for your quick intelligence/Has seen my soul’s desire and flatters me. (I, vv. 446–447). Punishment without Revenge, translated by Elizabeth Power, www.emothe.uv.es (Accessed on 14 March 2023) (Vega 2014). | ||
27 | Batín. I’m right to say you fancy your stepmother/And that is why you say these things to me./Federico. Don’t say it! It’s true but I’m not to blame/If my imagination runs its course. (Punishment without Revenge, I, vv. 679–682) | ||
28 | The souls of women do not wear cold jasper; (II, v. 1038) (…) Declare your love, and be she who she may, (II, v. 1043) (…) Take my advice, dear Count, speak up at once/Don’t hold your tongue, for the purest fortress/Of all has entrances made out of wax. (Punishment without Revenge, II, 1049–1051) | ||
29 | If there can be a remedy for this/It is not to attempt to see and talk,/Or otherwise our lives will have to end/Or our love will have to be overpowered. (Punishment without Revenge, II, vv. 1413–1416) | ||
30 |
| ||
31 | Absalón. Bebe su sangre, Tamar;/procura en ella lavar/tu fama, hasta aquí manchada; (Los cabellos de Absalón, II, vv. 1839–1841). | ||
32 | Edited by Eduardo Juliá Martínez (Castro 1925). | ||
33 | “Combinación de ave y reptil, con cabeza y garras de ave y cuerpo de serpiente. En el cristianismo representa al diablo o al Anticristo, una de las cuatro apariencias del diablo” (Cooper 2000, p. 20) [Combination of bird and reptile, with the head and claws of a bird and the body of a snake. In Christianity it represents the devil or the Antichrist, one of the four appearances of the devil]. S. Augustin writes that the basilisk is king of serpents as the devil is king of demons. Among mortal sins it symbolizes lust (Biedermann 1993, p. 66). “Representaría al poder real que fulmina a quienes le faltan al respeto; a la mujer casquivana que corrompe a quienes de antemano no la reconocen y no pueden en consecuencia evitarla” (Chevalier and Gheerbrant 2015, p. 180) [It would represent the real power that strikes down those who disrespect it; to the capricious woman who corrupts those who do not recognize her in advance and cannot consequently avoid her]. | ||
34 | Tamar was not surprised by the prince’s rejection after the rape, and this is what she stated before the Court when she went to demand revenge: “Aborrecióme ofendida:/no me espanto; que al fin son/enemigas declaradas/la esperanza y posesión” (Los cabellos de Absalón, II, vv. 1202–1205) And the same happens in No hay cosa como callar: D. Juan, after his sexual assault to Leonor—who does not know who did it –, loses all interest in her: Don Luis. Pues/¿qué medio hay para olvidar/una hermosura? Don Juan. Alcanzar/esa hermosura. Esta es/la cura, Don Luis, más cuerda;/porque ¿quién tan importuna/pasión tuvo, que de una/lograda ocasión se acuerda? (No hay cosa como callar, II, vv. 475–482) | ||
35 | Edited by Francisco Ruiz Ramón (Calderón de la Barca 1981). | ||
36 | By Rojas Zorrilla; edited by R.R. MacCurdy (Rojas Zorrilla 1961). | ||
37 | Who ever saw a grief like this arise/That hands must kill while tears bedew the eyes! (The Physician of His own Honour, vol. I, p. 386). Curiously, Cipriano (El mágico prodigioso by Calderón) sells his soul to the devil in order to this help him to understand a definition of God by Pliny that combines eyes and hands:
Edited by Bruce W. Wardropper (Calderón de la Barca 1985). I remember; I have the words at hand./“God is all goodness, one essence, one being;/One substance–all powerful, and all seeing” (I, p. 9). Justina, translated by J. H. (Calderón de la Barca 1848). | ||
38 | As says María Zambrano (1989, pp. 15–16): Se puede morir aún estando vivo; se muere de muchas maneras; en ciertas enfermedades, en la muerte del prójimo, y más en la muerte de lo que se ama y en la soledad que produce la total incomprensión, la ausencia de posibilidad de comunicarse, cuando a nadie le podemos contar nuestra historia. [You can die while still alive; you can die in many ways; in certain illnesses, in the death of others, and even more so in the death of what is loved and in the loneliness that total incomprehension produces, the absence of the possibility of communicating, when we cannot tell our story to anyone.] | ||
39 | For there is nothing so impossible/That the eyes of the conscience can’t peruse. (Punishment without Revenge, II, vv. 1097–1098). |
References
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